Recibimos al sacerdote de pie en señal de respeto. S:En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Con la señal de la Cruz se nos recuerda que la Santa Misa es la Renovación del Sacrificio de Jesús en la Cruz por nuestros pecados. Como vamos a estar muy cerca de Dios, tenemos que prepararnos, y tenemos que limpiarnos. Por eso con esta oración le pedimos perdón. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. S: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. El Gloria se reza los domingos o en fiestas especiales. Esta oración expresa la grandeza de Dios. Nos alegramos de que Él exista, y gritamos con gozo: Gloria a Dios en el cielo, Primera lectura y Salmo Responsorial El Señor nos enseña por la Sagrada Escritura. Ahora se leerá un texto, donde escuchamos la palabra de Dios revelada a sus profetas y Apóstoles. Pide al Espíritu Santo que entiendas el sentido de las palabras que escuches. Al terminar: El sacerdote, inclinado ante el altar, dice en voz baja: S: El Señor esté con vosotros. El sacerdote besa el libro, diciendo en voz baja: Se reza los domingos y días de fiesta. En esta oración se resume las principales verdades de fe en las que creemos los cristianos: que Dios es Creador, que envió a su Hijo para salvarnos del pecado y que sigue actuando por medio del Espíritu Santo y su Iglesia Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, Creo en el Espíritu Santo, A continuación, se hace la 'Oración de los fieles' o preces, que son unas plegarias que el sacerdote o algún asistente va leyendo y el pueblo responde: El sacerdote presenta y ofrece sobre el altar el pan y el vino que, por la consagración, se convertirán en el Cuerpo y en la Sangre del Señor. S: Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para nosotros pan de vida. Ahora el sacerdote ofrecerá el cáliz. En él hay un poco de vino mezclado con unas gotas de agua que se convertirá en la Sangre de Jesucristo. En esas gotas de agua están simbolizados nuestros sacrificios, que unidos a la Misa alcanzarán un gran valor. Ofrécelos al Señor y ofrece junto a ellos el dolor de todas las personas que sufren. S:Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para nosotros bebida de salvación. El sacerdote, inclinado, dice en secreto: S:Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. Oración de las ofrendas En el prefacio la Iglesiaalaba yda gracias a Dios Padre por todas las cosas que nos concede. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Empieza la parte más importante de la Misa. Renovamos el sacrificio de Cristo, y con Él nos entregamos nosotros mismos. Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; Por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que se conviertan para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan; dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: Tomad y comed todos de él, El sacerdote eleva y nos presenta la Sagrada Hostia y luego se arrodilla en actitud de adoración ante la presencia real del Señor. Tu puedes ir diciendo al Señor interiormente: “Señor mío y Dios mío”. Y dile con tus palabras que quieres ser más amigo suyo. Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: Tomad y bebed todos de él, El sacerdote eleva y nos presenta el Cáliz y luego vuelve a arrodillarse. Tu puedes ir diciéndole interiormente: “Auméntame la fe, la esperanza, la caridad”. Aprovecha para pedir por tus padres y hermanos, para que os queráis más. S:Este es el sacramento de nuestra fe. Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y con el Papa N., con nuestro obispo N. y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad. Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo San José, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice: T: Amén. Nos preparamos para recibir a Jesús con cariño. Antes de comer el mismo pan, nos reconocemos hermanos de Cristo e hijos del mismo Padre. S:Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza,nos atrevemos a decir: Padre nuestro que estás en el cielo, Líbranos Señor de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días,para que, ayudados por tu misericordia,vivamos siempre libres de pecadoy protegidos de toda perturbación,mientras esperamos la gloriosa venidade nuestro Salvador Jesucristo. Señor Jesucristo,que dijiste a tus apóstoles:«La paz os dejo, mi paz os doy»,no tengas en cuenta nuestros pecados,sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra,concédele la paz y la unidad. S:La paz del Señor esté siempre con vosotros. El rito de la paz significa la unión con los demás hombres por el amor, que queda fortalecido por la Eucaristía. Podemos pedir ahora al Señor por la paz en nuestros días. S:Daos fraternalmente la paz. El sacerdote deja caer en el cáliz una parte del pan consagrado, diciendo en secreto: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. El sacerdote reza la oración para la comunión. S:Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. El sacerdote, después de comulgar con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, lee la 'Antífona de Comunión' que corresponde a ese día. Seguidamente, se acerca a los que quieren comulgar y mostrándoles el pan consagrado, dice a cada uno de ellos: El Cuerpo de Cristo. El que va a comulgar responde:Amén Después, sentado o de rodillas, tiene lugar la purificación, que es cuando se limpian la patena y el cáliz. Mientras tanto, puedes aprovechar para hablar con el Señor Oraciones para después de comulgar Darle gracias Adorarle Pedir perdón S:El Señor esté con vosotros. El sacerdote besa con veneración el altar, como al comienzo y se retira a la sacristía. La Santa Misa ya ha terminado, los fieles pueden salir del templo si lo desean o seguir en lo que se denomina la 'Acción de Gracias', en la que cada uno, en oración íntima con el Señor, se dirige a Él con confianza, cariño y delicadeza por haberlo recibido en la comunión.
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Rito de entrada
Se acerca al altar y lo besa. ¿Por qué besa el altar al llegar? Porque el altar representa a Cristo, y porque ahí vendrá Jesús dentro de unos minutos; nada más llegar se encontrará ese beso.
T:Amén.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. (Llevando la mano al pecho)
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor.
T:Amén.
S: Señor, ten piedad.
T: Señor, ten piedad.
S: Cristo, ten piedad.
T: Cristo, ten piedad.
S: Señor, ten piedad.
T: Señor, ten piedad.Gloria
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.Liturgia de la Palabra
S: Palabra de Dios.
T: Te alabamos Señor.Evangelio
Purifica mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso, para que anuncie dignamente tu Evangelio.
T:Y con tu espíritu.
S:Lectura del Santo Evangelio según San [.....]
T:Gloria a Ti, Señor.
Una vez leído el Evangelio, el sacerdote dice:
S:Palabra del Señor.
T:Gloria a Ti, Señor Jesús.
Que las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.Credo
Creador del cielo y de la tierra.
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén
- Te rogamos, óyenos.Ofertorio
El pan que se ofrece es el resultado del trabajo del hombre; por eso, cuando el sacerdote levanta la patena, podemos ofrecerle al Señor nuestras cosas: nuestro estudio, trabajo, deporte, alegrías, dificultades y nuestros buenos deseos de luchar por ser cada día mejores cristianos.
T:Bendito seas, por siempre, Señor.
El sacerdote dice en voz baja mientras pone vino y un poco de agua en el cáliz: El agua unida al vino sea signo de nuestra participación en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición humana.
T:Bendito seas, por siempre, Señor.
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Mientras el sacerdote se lava las manos, dice en secreto:
Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.
El celebrante se va al centro del altar y, de cara al pueblo, dice:
T:El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.Prefacio
Atento para darle gracias por todo lo que tienes: familia, amigos, habilidades…
T:Y con tu espíritu.
S:Levantemos el corazón
T:Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S:Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
T:Es justo y necesario.
Por Él, que es tu Verbo, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.
Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso, con los ángeles y con todos los santos, proclamamos tu gloria diciendo:
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el Cielo.PLEGARIAS EUCARÍSTICA II
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros y por muchos
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
T: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección,
¡Ven, Señor Jesús!
Por Cristo, con Él, y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.Rito de la comunión
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
T: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria,por siempre, Señor.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
T:Amén.
T:Y con tu espíritu.
Y todos, según la costumbre del lugar se dan la paz.
El Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.
Mientras tanto se canta o se recita:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre no sea para mí un motivo de juicio y condenación, sino que, por tu piedad, me aproveche para defensa de alma y cuerpo y como remedio saludable.
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado, lo eleva y lo muestra al pueblo, diciendo:
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
T:Señor, no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Pedirle cosas
Rito de Conclusión
T:Y con tu espíritu.
El sacerdote bendice al pueblo y nosotros nos santiguamos con la señal de la Cruz:
S:La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
T:Amén.
S:Podéis ir en paz.
T:Demos gracias a Dios.